El formato único de la Global Solo Challenge ofrece la posibilidad de navegar alrededor del mundo, en un evento organizado, con un amplio abanico de embarcaciones, considerando las escasas limitaciones impuestas por el reglamento.
Una regata de vuelta al mundo en solitario, sin asistencia y por los tres grandes cabos era hasta ahora algo reservado a unos pocos navegantes profesionales que tras arduas “carreras” en el mundo de las regatas de altura, consiguen suficiente patrocinio para llegar a disponer de un barco de regata típicamente admitido en la Vendée Globe, como un Imoca Open 60. Evidentemente no todos los que lo intentan lo consiguen, considerando los elevados presupuestos que conllevan.
Es por esto por lo que un formato como el de la GSC consigue aglutinar en una misma regata, no solo a los patrones profesionales que llevan navegando años en distintas regatas oceánicas, ya sea en solitario, a dos, o con tripulación, y en barcos puramente regateros, si no que da cabida a muchos navegantes y barcos, que sin venir de ese mundillo y siendo muy buenos, pueden participar en una competición de este tipo sin la necesidad de disponer de un presupuesto muy elevado.
Es la diversidad tanto de perfiles de los navegantes que van a participar como los tipos de veleros que tomarán la salida, lo que hace tan interesante la GSC. Al estar representados diferentes estilos de navegación, la mayor parte del público encontrará un participante con el que identificarse. Algunos patrones participarán con presupuestos realmente modestos demostrando que se trata de un sueño al alcance de muchos no solo de regatistas profesionales.
El buen juicio y conocimiento de la organización de la diversidad de los veleros que participan ha llevado a realizar una salida escalonada en el tiempo, definida por características, esloras, velocidades y tipo de veleros.
Encontraremos desde barcos de crucero puro y duro, con carenas de desplazamiento y quillas corridas o semi corridas, con aparejos sólidos, que siendo barcos muy marineros no son excesivamente rápidos, su fuerte suele estar en ser buenos ceñidores, en su capacidad de adrizamiento y en la solidez de su construcción, siendo veleros muy seguros, pero evidentemente más lentos, viendo un poco mermada su capacidad de manejarse con la soltura y alegría de sus competidores con mar formada de popa y vientos fuertes portantes, situación que en la GSC se dará en muchas de sus singladuras.
En segundo término, tendremos también veleros tipo crucero regata con carenas semi planeadoras, aparejados a tope de palo, con mayor calado, con su manga máxima cerca del través, son barcos con capacidades más polivalentes en todos los rumbos, son rápidos, sólidos y ciñen bien, son capaces de semi planear bajando las olas y tienen un comportamiento correcto en vientos portantes, conservando también una capacidad de adrizamiento y una estabilidad positiva bastante segura.
También estarán en la línea de salida lo que podemos denominar regata crucero, con carenas planas, aparejo fraccionado, manga máxima situada a popa, mayor calado, ciñen bien, con la contrapartida del pantoque plano, con un paso por la ola que puede llegar a ser más “violento” (pantocazos), bastante rápidos en vientos portantes y con capacidad de buenas planeadas con mar y viento de popa. Son sólidos y no tan extremos como los regata pura.
En estos primeros casos, el confort de los barcos en su interior es algo que hará la vida más “agradable” a los patrones.
Entre los inscritos también estarán los regata pura, barcos concebidos más específicamente para este tipo de travesías oceánicas, son veleros de competición con carenas planas, aparejo fraccionado, mayor de cabeza cuadrada, manga máxima a popa, plano de deriva con bulbo, mucho calado, dos palas de timón. Algunos de estos barcos están asistidos con tanques de lastre de agua para compensar la escora y jugar con el reparto de pesos, van equipados con jarcias tanto de labor como firme de última generación, así como todo su equipamiento. Son capaces de ser muy rápidos en todos los rumbos, siendo sin duda su fuerte los vientos de aleta, haciendo mucho uso de asimétricos. Por contrapartida son barcos llevados al límite en muchos sentidos, teniendo lo justo en el interior para la vida a bordo con el fin de minimizar pesos. Quizás por el uso de materiales ultraligeros en su construcción y por su estilo de navegación más agresivo, estas embarcaciones pueden tener más posibilidades de sufrir contratiempos. Las aceleraciones y deceleraciones importantes que tienen, así como el cambio brusco en la intensidad del viento aparente, por ejemplo en orzadas no deseadas, carga mucho más todo, el aparejo, la jarcia, el acastillaje y en general todo el barco, con la consiguiente fatiga del material. ¡Va en su ADN el ir a “tope”!
En la “lotería” de quien puede llegar primero, ni idea, cualquiera de ellos lo puede conseguir, ¡acordémonos del cuento de la tortuga y la liebre!
No obstante, vengan de la escuela que vengan, tengan el presupuesto que tengan y vayan en el barco que vayan, estoy seguro de, primero, que son todos muy valientes, segundo, que le van a sacar lo mejor a sus barcos y a sí mismos y por último, y lo deseo de corazón, que con un poco de suerte y buen hacer marinero “Hercules” los esperara a todos de vuelta en La Coruña!!!
