AMERICA’S CUP – ATARDECER EN UNA ODISEA ÁRABE

Es difícil transmitir lo que ha significado la America’s Cup Preliminary Regatta Jeddah presented by NEOM. El compromiso de la Federación Saudí de Vela y del Jeddah Yacht Club & Marina fue máximo para hospedar y organizar un evento excelente en cada una de las áreas. ¿Cómo resumirlo? Impresionante, visionario, inspirador. Ha sido el futuro, ahora.

© Ian Roman / America’s Cup

Durante el día, las operaciones fueron un modelo de eficiencia. Desde primera hora de la mañana la cantidad de recursos movilizados y su coordinación perfecta eran la clave para hacer realidad el evento. Un ejército de voluntarios locales, el alma de cualquier competición en todo el mundo, aceitaron las ruedas de la eficiencia y lo hicieron con la más gentil de las costumbres árabes. Mientras tanto, la marca de la America’s Cup estaba en todas partes, incluso en las afueras de esta bulliciosa metrópolis, en enormes pantallas colocadas a los lados de las autopistas, y en callejones, centros comerciales y aceras de toda la ciudad. Yeda acogió plenamente el evento y, sin duda, se contagió de una buena dosis de fiebre por la Copa.

Fue el “arte de lo posible” en acción y el resultado general fue un triunfo. Por la noche, el lugar brillaba como nunca, con focos que enloquecían el cielo nocturno alrededor del hermoso puerto deportivo mientras la arquitectura angular del Jeddah Yacht Club en la entrada del puerto, frente a la histórica Al Rahmah o ‘Mezquita Flotante’, se iluminaba con un millón de luces parpadeantes. En Arabia Saudí es así, la noche es un festín continuo de láseres y flashes brillantes.

© Ian Roman/America’s Cup

El espectáculo también lo ofrecieron la ciudad y sus líderes, con el objetivo de promover y animar a la próxima generación a través del ambicioso programa de la Academia del Jeddah Yacht Club. Lo hicieron con aplomo y fue inspirador ver a todos los equipos involucrarse en este programa de desarrollo de la vela local, con representantes y regatistas reuniéndose con los niños, impartiendo charlas, saliendo al agua para dar consejos y conectar con la próxima generación de niñas y niños del Reino que se embarcan en este deporte, muchos de ellos por primera vez.

Sin embargo, lo que fue la clave del éxito de este evento fue el pueblo saudí, uno de los más acogedores, amigables y alegres del mundo. Su calidez conmovió a toda la organización y a todos los equipos. Nada suponía un problema, y su interés por este evento deportivo occidental era de genuina fascinación. Se están acostumbrando al fútbol, a los deportes de motor, al golf, tenis, atletismo y deportes de combate, pero la oportunidad de ver la vela de alta competición fue realmente aplaudida.

© Ian Roman/America’s Cup

 

Fuimos recibidos en el Reino con los brazos y el corazón abiertos y disfrutamos de una hospitalidad incomparable en esta hermosa e histórica ciudad que fusiona fácil pero respetuosamente la tradición con la modernidad. Tuvimos el honor de contar con la presencia de SAR el Príncipe Abdulaziz bin Turki Al Faisal, visionario ministro de Deportes del Reino, mientras que Hassan Alkabbani, presidente de la Federación Saudí de Vela, estuvo siempre presente en el lugar y hospedó en su residencia privada el más generoso de los banquetes de bienvenida. Samia Bagdady, la enigmática estrella y punto focal de la vela saudí, además de ser la directora ejecutiva de la Federación Saudí de Vela, aportó un sentido de determinación y clase para promover la vela en el Reino.

© Ian Roman / America’s Cup

Un público saudí genuinamente curioso abrazó la America’s Cup: unas 49.000 personas se registraron para asistir a la Fan Zone, el village que se extendía por la Corniche de Yeda, un paseo marítimo siempre animado y palpitante, especialmente por la tarde, tras la puesta de sol.

Pasear en ese momento por el village era ver la alegría de las familias sumergiéndose en la Copa, los regatistas y la historia del evento de vela más prestigioso que llega al Reino. Como occidental, fue aquí donde la bienvenida fue más cálida, con lugareños felices que se detenían para saludarnos, preguntarnos de dónde veníamos y, bastante a menudo, contar una historia de su estancia en el país. Se tomaron el tiempo para ofrecer lo mejor de sí mismos con el máximo respeto, algo que será difícil de olvidar.

© Ricardo Pinto / America’s Cup

¿Y qué pasa con el Mar Rojo? Esta estrecha franja de mar salada que separa África de Asia, repleta de vida marina, está preparada para acoger muchos eventos de vela de alta competición. Aguas cálidas que discurren desde Egipto al noroeste y desde Sudán al oeste brindan condiciones estupendas para la vela, junto a vientos generosos y sostenidos a partir de mediodía. Fue un estadio perfecto para los AC40, y las rojizas puestas de sol ponían la guinda final a cada jornada de competición.

Hubo muchos momentos para el recuerdo, demasiados para listarlos todos aquí. Quizá el más importante fue una visita al centro histórico de Yeda, Al Balad, de 1.400 años de antigüedad, al sur de la ciudad moderna. Fue un viaje sensorial a la Arabia del pasado. Olor a especias en el ambiente, negocios de lujosos tejidos y sastrerías, una arquitectura que es patrimonio de la humanidad de la Unesco y prácticas constructivas de una época pasada que se conservan con un plan de restauración muy ambicioso.

© Ian Roman/America’s Cup

En el agua, los regatistas profesionales ofrecieron un espectáculo a bordo de los AC40, legítimo “Barco del Año” de World Sailing. Todos recordaremos los dos últimos días de regata, con los AC40 navegando con entre 16 y 20 nudos de viento en el Mar Rojo. Este es el futuro de nuestro deporte a nivel mundial.

 

© Ian Roman / America’s Cup

Hay que darles crédito a los regatistas. Su profesionalismo y su destreza fueron ejemplares en el agua y fuera de ella. Embajadores de todo lo bueno que tiene este deporte, camaradas en tierra, unidos por un fuerte vínculo de comunidad, extraños en una tierra que no conocían. Fue eléctrico ser parte de ello.

 

© Ian Roman / America’s Cup

Después de ocho regatas de flota y una Gran Final muy reñida, el Emirates Team New Zealand emergió como ganador. Fue la recompensa a un trabajo de equipo muy sólido, que deja muy poco al azar.

En la celebración de la victoria recibieron el trofeo con humildad pero con un sentimiento profundamente arraigado de trabajo bien hecho. Vengaron la estrecha derrota de la primera Regata Preliminar en Vilanova, del pasado mes de septiembre, pero los defensores de la America’s Cup son muy conscientes de que los Challengers, desde todos los ángulos, se están acercando rápidamente.

© Ricardo Pinto / America’s Cup

Al salir del Reino desde el impresionante aeropuerto King Abdulaziz, ya sentimos una fuerte necesidad de volver a este país tan acogedor y cálido, cálido en muchos aspectos, más allá de la mera temperatura. Es un destino que ha impresionado y que ha superado las expectativas de todos con creces, una experiencia inspiradora que ha desafiado ideas preconcebidas. Un lugar visionario con una idea firme de su futuro y de su potencial.

En el Mar Rojo ha nacido un nuevo destino mundial para la vela. Simplemente hay que verlo para creerlo.

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