El Aleeke era el barco estrella del astillero Bermax Boat , iba a presentarlo en abril pasado como la joya en el Salón Náutico Argentino. Sin embargo, la presentación preparada con todas las luces terminó siendo una experiencia sombría: apenas se apoyó sobre las aguas marrones del río Luján, el Aleeke empezó a tambalear . el yate navegó unos metros auspiciosos y luego el barco se inclinó a la derecha y a la izquierda, perdió el eje y su condición naval. En  minutos, el Aleeke se recostó sobre el agua y se hundió; pasó de leyenda a escena grotesca.

Hace dos meses y medio  está hundido en el cruce del río Luján con el canal Aliviador. El barco pertenece al empresario Bernardino Antonio García,  dueño del astillero Bermax Boat.

Recién el lunes 12 de junio, y durante cinco días, una empresa trabajará en el reflotamiento del Aleeke, casi tres después de una tragedia material, que no tuvo víctimas fatales ni heridos.

 El Aleeke está hundido en una zona de intenso movimiento náutico, sobre todo los fines de semana. Las fuentes de PNA contaron que la embarcación fue balizada por precaución pero que “de noche” se robaban la señalización, “así que el propietario del barco dispuso que un bote custodiara y ayudara a señalizar las 24 horas”.

Los peritos todavía desconocen los motivos del hundimiento. Las hipótesis van desde la filtración de agua hasta una mala maniobra. Fuentes de Prefectura arriesgaron que, por la forma en que se dio el incidente, no habría existido una avería en el casco. “El barco flotaba”, remarcaron. La información que dio el propietario a PNA es que lo sacaron de la amarra para cambiarlo de posición, en el contexto de los preparativos para el Salón Náutico, y que para eso, por el tamaño de la embarcación, era necesario salir hasta el río Luján.

“Estamos haciendo un sumario administrativo por la averiguación del hundimiento. Se están colectando pruebas y se tomaron declaraciones. No sabemos si fue un error técnico, o negligencia, o imprudencia. Es muy temprano. Además el barco estaba “en proceso de certificación y estaba siendo matriculado” por lo que sería probable que no tuviera el permiso para hacer esa maniobra.

El Aleeke era la estrella de Bermax. Su nombre comercial era “Bermax T-66” y su valor, millonario. Según su ficha técnica, es un buque de placer, con casco y superestructura de acero, diseñado para operar en el litoral fluvial y marítimo argentino y países limítrofes, denominado Trawler”. Tiene una eslora total de 20,32 metros y una manga de 4,89 metros y contaba con dos motores.

Las comodidades del yate que se hundió sin pena ni gloria eran descomunales. Un camarote principal con baño completo, dos camarotes de invitados, más un camarote de marineros. Además, un salón de estar principal, un bar con sillones, cocina completa y sillones, además de todos los detalles tecnológicos de última generación: radio, radar, GPS, TV satelital, faros rastreadores y hasta aire acondicionado.

En Prefectura remarcaron que Bernardino García tiene una única responsabilidad: el reflotamiento de su Aleeke y sacar del agua hasta el último de los restos de su yate  para no contaminar  las aguas del río Luján

 

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