‘Monique’, la gallina mediática que está dando la vuelta al mundo bordo del Yvinec


‘Monique’, la gallina mediática que está dando la vuelta al mundo bordo del Yvinec

Una gallina está dando la vuelta al mundo, literal y mediáticamente. ‘Monique’ tenía apenas cuatro meses de vida y vivía en las Islas Canarias cuando Guirec Soudée decidió embarcarla en una aventura que jamás pudo imaginar. Era mayo de 2014 y el joven navegante francés, que hoy tiene 24 años, pensó que sería una buena idea tenerla como única compañía a bordo del velero con el que está dando la vuelta al mundo. Podía poner huevos y, si la convivencia se torcía, siempre podía cocinarla, pensó el patrón. Nunca llegó a tal extremo y, dos años después de iniciar el periplo, Monique se ha adaptado perfectamente a su vida en alta mar y, además, ha conseguido una legión de seguidores que no pierde detalle de sus andanzas.

Más de 70.000 personas siguen el viaje de Guirec y Monique a través de su página de Facebook y el último vídeo publicado acumula 1,5 millones de reproducciones en dos semanas. Al mismo tiempo, televisiones y publicaciones de todos los rincones del planeta están llevando a la gallina al estrellato.

A Monique le gusta pasar las horas en cubierta, siempre y cuando las condiciones meteorológicas acompañan, ya que en cuanto las olas y el viento se tornan feroces, acude rápidamente al interior de la embarcación para refugiarse. También ha nadado por aguas cristalinas, surfeado, disfrutado de la playa y hasta ha correteado por el hielo del Ártico. Una vida que más de un humano querría para él.

Otros navegantes ya habían apostado antes por subir a bordo esta especie de ave para tener una producción de alimentos frescos, pero muchos se arrepentían al comprobar que no ponían huevos. Cosas del estrés, argumentaban. Monique, sin embargo, en su primera travesía ofreció 25 huevos en 28 días, lo que tardaron en cruzar el Atlántico.

El hogar de esta particular pareja de tripulantes es el Yvinec, un velero de casco de acero de 11,8 metros de eslora que Soudée compró y arregló. Al cumplir los 18 años, el bretón se marchó de la isla donde creció, en la que los miembros de su familia eran los únicos habitantes, con un billete a Australia y 200 euros en el bolsillo. Regresó dos años después con el dinero suficiente para adquirir la embarcación y empezar a diseñar su vuelta al mundo.

Tras su estancia en las Islas Canarias y ya junto Monique, el Yvinec puso rumbo al Caribe, concretamente a San Bartolomé, donde el patrón coincidió con algunos de los regatistas más laureados del mundo. Paul Cayard o Loïck Peyron, según cuenta Yachting World, se asombraron cuando conocieron el increíble viaje de Soudée y le aconsejaron sobre cuestiones de navegación para afrontar con éxito el resto del itinerario.

Después de reunir el dinero suficiente para proseguir con su periplo, el Yvinec abandonó el Caribe y navegó por la costa de Estados Unidos hasta llegar a Groelandia, donde el patrón y su mascota quedaron atrapados en el hielo durante los largos meses de invierno, tal y como había planeado el francés, pudiendo conocer con calma esa zona extrema del mundo. El siguiente reto es cruzar el océano Ártico por el Paso del Noroeste o por el del Nordeste. A Guirec y Monique aún les queda llegar hasta el Cabo de Buena Esperanza y cruzar el océano Índico para escribir un final a la gran aventura de sus vidas.

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