Seis medallistas olímpicos en Londres 2012 y Río 2016 han firmado una carta y se han alzado como portavoces del grueso de la vela olímpica mundial ante la posibilidad de que la World Sailing haga una serie de cambios en las clases olímpicas de cara a París 2024 y que consideran que serían muy perjudiciales para los propios regatistas. Además piden amparo ante el COI (Comité Olímpico Internacional) de como se están llevando las coses desde la Federación Internacional, a la que acusan de actuar en propio beneficio en lugar de proteger a los deportistas.

Carta abierta:

“No queda mucho tiempo, así que poned vuestro granito de arena”

 Queridos Regatistas:

Puede que no estéis al corriente de que el Comité Ejecutivo de la World Sailing tiene la intención de aportar cambios importantes a los Juegos Olímpicos de París 2024. Es fundamental que los que estén en condiciones de defender nuestro deporte y su naturaleza, a partir del nivel representado por los clubes, comprendan el mensaje que estamos intentando transmitir, ya que estamos convencidos de que son muchas las razones que colocan en una situación de riesgo el futuro de nuestro deporte. Algunos de nosotros somos regatistas que nos hicimos olímpicos gracias a los clubes náuticos que nos acogieron cuando éramos muy jóvenes y que apoyaron nuestros sueños. Algunos de nosotros hemos llegado incluso a hacer de la vela una verdadera carrera.

Pero es demasiado fácil que las personas que administran y controlan el mundo de la vela se vean apartadas del deporte para cuya gestión fueron designadas.

Fundamentalmente, nuestro deporte se basa y siempre se ha basado en tres pilares fundamentales: los Regatistas, los Clubes y las Clases. La vela se enfrenta a un período crítico dentro de nuestra larga implicación en los Juegos Olímpicos y sería peligroso que pensáramos que se trata de “algo que no nos concierne”. Porque sí que nos concierne.

La propuesta de amplio alcance de la Vela Mundial traslada su atención desde las clases accesibles, como el Laser Radial, a un formato basado en la tecnología y que requiere el reemplazo de los barcos y equipos que han supuesto una inversión económica importante. Cabe la posibilidad de que hasta ocho de las 10 disciplinas olímpicas de vela actuales se eliminen en París 2024, lo que acabaría con las esperanzas de innumerables jóvenes regatistas que están soñando con convertirse en olímpicos y representar algún día a su club y a su país. Y por supuesto, cuanto menores sean las posibilidades financieras con las que cuenten los regatistas – y la nación para la que naveguen – más perjuicios sufrirán.

Lo que prácticamente supone un cambio completo de las clases no sólo acabará con las enormes inversiones realizadas año tras año por aquellos que perseguían el sueño olímpico, sino que además se traducirá en un pesado lastre para los clubes de vela que apoyan a este deporte. La vela de competición tiene su base en los clubes, en los que los jóvenes regatistas empiezan a navegar en botes de iniciación, a menudo después de que los socios les hayan ayudado a dar el primer paso aprendiendo a nadar. El agua es nuestra arena.

Para todos los que participáis en la vela en los clubes, el problema que requiere vuestra atención inmediata es que el formato olímpico tomado en consideración por la Vela Mundial posiblemente deje fuera a las clases Finn, 470 en las categorías masculina y femenina y el windsurf masculino y femenino, así como el Laser y el Laser Radial, para las regatas olímpicas de 2024. Sólo permanecerán el 49er y el 49er FX . La gama de pesos de los navegantes y de las medidas corporales que contarán con un lugar en la vela olímpica se reducirá aún más.

En su lugar, la World Sailing propone un cambio de orientación masivo hacia los equipos con foils, tal y como ya ha sucedido con la flota de la clase Nacra 17, con el aumento sustancial de los costes y la complejidad que conlleva (sin duda, el Foiling Nacra es espectacular… pero en ciertas condiciones es más lento que su predecesor sin foils).

La idea principal es utilizar la Vela Olímpica como un vehículo para introducir el kitesurf, un evento que tendría lugar fuera de la playa con olas, saltos, foils y jurado y que se celebraría no en el recinto olímpico de vela, sino en un nuevo lugar dedicado al surf olímpico.

Es nuestra firme opinión que el kitesurf se ha ganado su derecho a ser llamado deporte por sí mismo, por lo que debería hacerse valer por sus propios méritos y no utilizando la navegación a vela para promocionar su deseo (¿con aspiraciones comerciales?) de ser incluido en los Juegos Olímpicos. La realidad es que para practicar el kitesurf no es necesario un club de vela, los “riders” sólo tienen que empaquetar sus equipos y encontrar una playa. También hay cuestiones amenazantes representadas por los juicios y disputas de anti-trust en curso sobre quién posee realmente el equipamiento comercial que será utilizado y las patentes que servirán para el control de la oferta.

Los defensores de estos cambios en lo que conocemos como “Vela Olímpica” argumentan que el Comité Olímpico Internacional (COI) exige dicha modificación dentro de su Programa Olímpico de 2020. Sin embargo, desde el COI mismo niegan la publicación de decretos arbitrarios al respecto, indicando que sólo mantienen “negociaciones en curso” con cada una de las 35 federaciones deportivas olímpicas.

Con buena razón, la igualdad de género actualmente se ha convertido en un gran problema. Pero el mundo de la vela siempre ha promovido a la mujer, algo que se ha visto confirmado una vez más precisamente este mes por la auditoría más reciente efectuada sobre los competidores del COI. La vela olímpica ya ostenta una tasa de participación de la mujer que alcanza el 45%, esto es, la tasa de participación femenina media en todos los deportes olímpicos.

Por último, estas cuestiones cruciales están destinadas a ser decididas por medio de un “voto electrónico”. ¿Cuánto se aleja de las raíces de la navegación a vela la adopción de un método como el voto electrónico remoto? Sin un debate cara a cara entre los representantes de las autoridades nacionales de los Estados miembros, que quedaría sustituido por un proceso remoto que se ejecuta con el clic de un ratón… el resultado final podría ser un programa Olímpico compuesto íntegramente por las clases definidas por los fabricantes que paguen por ello.

Los clubes, vuestros clubs náuticos, son la base de la navegación a vela de competición. Y no es menos cierto que vosotros mismos sois el poder que se encuentra detrás las autoridades nacionales de los Estados miembros. Estas autoridades son elegidas por vosotros y están ahí exclusivamente para representar vuestras opiniones.

Si estáis en contra de estos importantes y precipitados cambios en este deporte, os instamos a que respaldéis esta petición dirigida al COI y a la World Sailing:

Que la selección de los equipos y eventos de vela para París 2024 sea congelada por el IOC hasta que todas las problemáticas planteadas se analicen de forma abierta y de manera democrática y transparente, centrándose, en particular, en los efectos que los cambios drásticos de los equipos acarrearían a los regatistas que sueñan con ser olímpicos y a los clubes de vela que han cultivado sus sueños”.

Si estáis de acuerdo con nuestras preocupaciones, poneos en contacto con vuestra propia federación nacional y decidles a vuestro Club Náutico y a vuestra Asociación de Clase que hagan lo mismo y presionadles cuanto podáis para aseguraros de que no admitan las destructivas propuestas que el Comité Ejecutivo de la World Sailing presentará a finales de este mes.

No queda mucho tiempo. El futuro de nuestro deporte depende de cada uno de vosotros.

Un grupo de regatistas afectados 

Sime Fantela (470 Gold Rio)
Giles Scott (Finn Gold Rio)
Mathew Belcher (470 Gold London, Silver Rio)
Hannah Mills (470 Gold Rio, Silver London)
Luke Patience (470 Silver, London)
Panagiotis Mantis (470 Bronze, Rio)
Victor Kovalenko (Head Coach AUS Olympic Team)