La extraordinaria vida de Paul Elvstrom

Fue el primer deportista que logró cuatro medallas de oro de forma consecutiva en los Juegos Olímpicos, introdujo métodos de entrenamiento y de navegación nunca antes vistos, inventó artilugios para sacar mayor rendimiento a las embarcaciones y hasta diseñó un barco de Copa América. Era tan virtuoso en los campos de regatas que no tardó en ser bautizado como el Mozart de la navegación, si bien hoy también podría ser considerado como el Steve Jobs de la vela por su genialidad a la hora de innovar para ser más rápido que sus rivales. Paul Elvstrom murió el pasado 7 de diciembre a los 88 años de edad mientras dormía en Hellerup, la misma ciudad danesa que vio nacer a una de las grandes leyendas del deporte. Su historia ha sido una fuente de inspiración para varias generaciones de regatistas.

La trayectoria olímpica de Elvstrom se prolongó durante cuatro décadas y logró cuatro medallas de oro de forma consecutiva. Sólo Carl Lewis (salto de longitud), Michael Phelps (natación), Kaori Icho (lucha libre), Al Oerter (disco) y Ben Ainslie (vela) pueden presumir de haber conseguido algo parecido en los Juegos Olímpicos.

Paul Elvstrom se presentó a sus primeros Juegos con apenas 20 años de edad. Como recuerda el periodista Gary Jobson, la vela en aquella época “era un deporte dominado por los ricos e incluso por la realeza. El enfoque de Elvstrom era diferente”. El danés se preparaba a conciencia durante meses para cada regata, creando nuevos entrenamientos físicos en tierra y en el agua -que luego se consolidarían en el mundo de las regatas- y leía compulsivamente las reglas para hallar nuevas técnicas de navegación. Así ganó el oro en Londres 48 en clase Firefly y se convirtió de la noche a la mañana en un héroe en su país.

También venció en Helsinki 1952, Melbourne 1956 y Roma 1960 en clase Finn. Y es que Elvstrom era capaz de exprimir todo el potencial de cualquier cosa que flotara, como demuestran los 11 títulos mundiales que conquistó en siete clases diferentes -Finn, 505, Snipe, Flying Dutchman, 5.5 Metros, Star y Soling-. Y la huella que dejó en cada velero fue profunda: en 505, por ejemplo, fue el primer patrón que se atrevió a coger la caña del timón mientras se encontraba colgado del trapecio. Esa obsesión por sacar el cuerpo fuera del barco todo lo posible para ganar estabilidad fue rápidamente copiada y hoy es una posición empleada habitualmente en competición.

Paul y Trine Elvstrom, navegando en clase Tornado en la década de los 80. | elvstromsails.comPaul y Trine Elvstrom, navegando en clase Tornado en la década de los 80. | elvstromsails.com
Siendo ya un cuarentón, su carrera deportiva parecía que había llegado a su fin tras no colgarse ninguna medalla en México 68 ni en Múnich 72. Sin embargo, ya en la década de los 80, el nórdico se vio seducido por los catamaranes Tornado y decidió probar fortuna con su hija Trine. Ambos se proclamaron campeones de Europa de la clase, lo que les valió para clasificarse para Los Angeles 84. En aguas estadounidenses, Paul y Trine Elvstrom finalizaron en cuarta posición, acariciando el bronce, siendo el primer y -hasta la fecha- único tándem padre/hijo que disputa unos Juegos Olímpicos. La pareja danesa repitió cuatro años más tarde en Seúl. Con 60 años y ocho citas olímpicas a sus espaldas, fue la última participación de Paul.

Más allá de éxitos deportivos, la trascendencia de Elvstrom también se debe a las ideas que fueron surgiendo de su cabeza, algunas de las cuales acabaron siendo parte del equipamiento habitual de un barco. Zapatos antideslizantes, un achicador de agua de la sentina (cavidad inferior de la nave, que está sobre la quilla), un chaleco salvavidas funcional (mucho menos voluminoso que los existentes en la década de los 50), un aparato de gimnasio para simular en tierra los esfuerzos que requiere la navegación, correas para ajustar los pies en la embarcación y poder elevar todo el peso del navegante o un sistema para cazar cabos fueron algunas de sus invenciones más destacadas.

El regatista danés nunca anunciaba sus creaciones, sino que se presentaba directamente en el campo de regatas con ellas para causar desconcierto entre sus rivales, que no entendían cómo su barco era más rápido que el resto. Pero fue en el diseño de velas donde Elvstrom se convirtió en un auténtico gurú, hasta el punto de que los adversarios acabaron comprándole sus trapos. Un suculento negocio que le llevó a fundar en 1954 la fábrica de velas Elvstrom Sails en Aabenraa y que hoy cuenta con filiales en Inglaterra, Suecia, Noruega y España (en Mallorca).

Nombrado mejor deportista de Dinamarca del siglo XX, también trazó una treintena de veleros entre 1965 y 1995, entre los que se encuentra el primer miembro de la saga del Bribón de José Cusí (un Half Tone de 1972). Precisamente en la época en la que creó el Bribón I, el danés fue reclutado por Marcel Bich para que diseñara un velero capaz de conquistar la Copa América.

Elvstrom, en clase Finn. | elvstromsails.comElvstrom, en clase Finn. | elvstromsails.com
Bich, fundador del mayor fabricante de bolígrafos del mundo, estaba empeñado en hacerse con el aguamanil de plata y pensó en El Mejor para alcanzar su ambicioso sueño. El danés, con la ayuda de su compatriota Jan Kjaerulff, concibieron las líneas exteriores del France II (clase 12 metros) con un bulbo muy radical. Sin embargo, cuando el barco de aluminio estaba ya construyéndose en el astillero, el jefe del sindicato se vio obligado a frenar el proyecto ante las presiones de los líderes de opinión de Francia, que no veían con buenos ojos que unos extranjeros diseñaran su barco. Paul Elvstrom acabó abandonando el equipo.

Entre el legado del legendario navegante también está en los libros y artículos que escribió sobre reglamento y tácticas. Asimismo, deja algunas frases que hoy resuenan en la cabeza de los aficionados a la vela y que delatan el espíritu que Elvstrom nunca abandonó: “No has ganado una regata si, para conseguirlo, has perdido el respeto de tus rivales”; “La competitividad es más importante que la velocidad” o “No importa lo que pase; cuando estés en regata, recuerda, diviértete”.

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Paul Bert Elvstrom, regatista danés, nació el 25 de febrero de 1928 en Hellerup, ciudad en la que falleció el 7 de diciembre de 2016.

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