FLYING PHANTOM. LOS RED BULL FOILING GENERATION.

Las regatas de la Copa América del 2013 descubrieron a los aficionados los catamaranes voladores, capaces de desplazarse sobre el agua a velocidades de unos increíbles 40 nudos (casi 75 km por hora). El Flying Phantom, el primer catamarán volador comercial, permite a estos aficionados sentir la misma experiencia y emoción a un precio asequible para el gran público.

El nacimiento del proyecto Phantom se remonta a 2009. La paternidad de estas embarcaciones se reparte entre Alex Udin, CEO de Phantom International y Martin Fischer, doctor en Mecánica de Fluidos y uno de los más respetados especialistas en el mundo de los hidroalas de competición. Mientras Udin se encargó del diseño de las velas, Fischer fue el responsable del diseño general del catamarán.

Su idea era crear un catamarán rápido pero fácil de manejar por los aficionados. Durante los tres años de desarrollo y pruebas de la embarcación, el equipo de diseño se dedicó a afinar cada detalle del prototipo. Fischer contó con la ayuda de grandes regatistas como Franck Cammas (ganador del trofeo Jules Verne, de la Ruta del Ron o de la Volvo Ocean Race), François Gabart (ganador de la Vendée Globe) o Gurvan Bontemps (campeón del campeonato F18 francés), que probaron el Flying Phantom (así se bautizó al catamarán) tanto en regatas de corta como de larga distancia.

Los diseñadores probaron hasta ocho tipos de ala y cuatro tipos de timones diferentes hasta dar con los definitivos, una combinación de foils con forma de L y timones con forma de T, capaces de ser suficientemente estables a toda velocidad en pleno vuelo, pero también competitivos con poco viento. Cada una de las demás piezas del catamarán, hasta 476 según la lista de materiales, se eligió para conseguir la mejor embarcación posible y mantener además el peso de la misma por debajo de 155 kilos.

El casco de los Flying Phantom, de 5,5 metros de eslora por 3 de manga, está construido mediante una combinación de fibra de carbono y nomex, una variante del kevlar, y las alas y los timones son de fibra de carbono de alta resistencia. El uso de estos materiales, habituales en los chasis de los coches de Fórmula 1 y en los catamaranes de la Copa América, ofrece un ratio de resistencia frente al peso inigualable.

Roman Hagara y Hans Peter Steinacher navegando un Flying Phantom
El mástil es de fibra de carbono, y las diferentes partes mecánicas están hechas de una aleación de aluminio de alto rendimiento (aluminio aeronáutico 7075), mientras que las velas están compuestas de una doble capa de fibra de aramida, lo que las hace ligeras y muy resistentes.

Con tan solo 7 nudos de velocidad de viento a favor, las hidroalas del Flying Phantom generan un empuje vertical que eleva el catamarán unos 60 centímetros por encima de la superficie, eliminando el rozamiento del casco con el agua y permitiéndole alcanzar velocidades de hasta 33 nudos. Sin rozamiento, toda la fuerza del viento se convierte en aceleración, y al estar por encima del agua, las olas no golpean el casco, haciendo la navegación mucho
Phantom International ha invertido más de 500.000 euros en el desarrollo de estas embarcaciones, y esperan unos ingresos por las ventas de 4,5 millones de euros en los próximos años, ventas que pueden dispararse gracias a la elección por Red Bull del Flying Phantom para su competición Red Bull Foiling Generation.

La Red Bull Foiling Generation busca a los mejores talentos de 16 a 20 años a lo largo y ancho del planeta, por medio de 15 regatas disputadas entre 2015 y 2016. Los campeones olímpicos austriacos de la clase tornado Roman Hagara y Hans Peter Steinacher son los encargados de organizar la competición, que comenzó en Japón en abril de 2015, y tras pasar por Reino Unido, Italia, Suecia, Dinamarca, Rusia y Francia ese año, y Nueva Zelanda, Turquía, Alemania, Suiza y Holanda en 2016, llegará a España en agosto. Después de la regata española, solo quedará una más en Bélgica antes de la gran final de Newport, Rhode Island (EE.UU.) a celebrar en octubre de 2016.

Los jóvenes participantes solo disponen de 2 ó 3 días de práctica con los Flying Phantom antes de la competición. Las regatas siguen un formato de eliminación con cuatro catamaranes compitiendo en cada manga, clasificándose los dos primeros y los dos últimos disponiendo de una regata de repesca. Las embarcaciones se van eliminando hasta que solo quedan los cuatro finalistas, que se disputan el título nacional que da acceso también a la final de Estados Unidos.

Características generales.

Eslora: 5,52 metros
Manga: 3 metros
Peso: 155 kilogramos
Altura del mástil: 9,6 metros
Tripulación: 2 personas
Superficie vela mayor: 18 metros cuadrados
Superficie génova: 5,5 metros cuadrados
Superficie spinaker: 24 metros cuadrados

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