El misterio y la confusión protagonizan la incertidumbre sobre el paradero de un navegante argentino de 83 años que desde el domingo permanece desaparecido, sobre todo luego de que el velero en el que se transportaba fuera encontrado a la deriva y sin tripulantes en el litoral de Río de Janeiro, en Brasil.

La Marina del país vecino busca intensamente al capitán Erwin Rosenthal, quien comandaba el “Misteriosa”, un velero Mac Gregor 65 con bandera estadounidense, que partió el sábado desde Palma, en la zona de Ilha Grande, con destino a Buzios.

En las últimas horas, familiares del marino que viajaron hasta el puerto de Angra dos Reis, donde el barco fue trasladado para el peritaje policial, aseguraron que en la embarcación faltaban los celulares, el teléfono satelital, el gomón de emergencia y que incluso encontraron “un artefacto parecido a una bomba casera”.

La esposa del navegante, Mónica Depaolini, y Walter, uno de sus hijos, fueron el lunes por la noche al territorio brasileño y, acompañados por personal del Consulado argentino en Río de Janeiro, realizaron la denuncia por la desaparición. Luego, investigaron las posiciones y el recorrido realizado, ya que tienen experiencia en la actividad, y visitaron el velero.

“Es todo muy confuso, porque había habido un primer peritaje ayer y cuando mi tía y mi primo llegaron encontraron en el piso de la embarcación un artefacto que parece una bomba casera con un detonador, por lo que, recién en ese momento, llamaron a la División de Explosivos, que se llevó el artefacto”, comentó a Télam Soledad, sobrina del marino.

Y agregó: “Por el escenario que encontramos, pensamos que pudo haberse metido alguien en el barco y llevárselo, o que lo tiraron“.

El último contacto de Rosenthal con sus familiares ocurrió el sábado, cuando informó que zarparía a la mañana siguiente. La embarcación, que también posee motor, fue hallada el domingo por la noche por unos pescadores cerca de las costas de Guaratiba.

Ellos informaron que el barco estaba sin el ancla tirada. “Por eso parece que estaba en rumbo, no que se había detenido en algún lugar”, explicó Soledad, además de acotar que tampoco hubo mal clima. Con todos estos elementos, la familia no descarta que se trate de un secuestro.

Según contaron sus allegados, el marinero tiene una amplia experiencia en viajes de larga duración y es un referente en el mundo de la navegación que ya lleva recorridas 30.000 millas en solitario.