Cómo y qué había en el último bote salvavidas del Titanic

En abril de 1912 el mundo se conmovía con el hundimiento del más espectacular buque de pasajeros. El aterrador descubrimiento hecho por la tripulación de otra embarcación, tiempo después
La fotografía muestra con una X el último bote salvavidas del Titanic. En la parte inferior, la tripulación del RMS Oceanic un mes después rescataría los restos de tres cuerpos
La noche del 14 y la madrugada del 15 de abril de 1912 fueron las horas más trágicas en la historia del transporte marítimo de pasajeros. Esa fatídica jornada se hundía el RMS Titanic, el superbuque construido para unir Europa con los Estados Unidos. Era el viaje inaugural y tocaría fondo dos horas y media después de impactar contra un iceberg en pleno Oceáno Atlántico.

La tragedia conmovió al mundo que veía en el Titanic el progreso y la modernidad. Un mes más tarde, cuando todavía los periódicos llevaban en sus portadas noticias sobre el accidente, parte de la tripulación del RMS Oceanic distinguiría a lo lejos un bote de madera a la deriva en medio del Atlántico.

La tripulación del RMS Oceanic regresa tras encontrar los tres cuerpos que viajaban a la deriva tras el hundimiento del Titanic. Murieron por la exposición al clima
Se encontraba a 320 kilómetros de donde el barco de pasajeros había tocado fondo, y a simple vista parecía que nadie se encontraba a bordo. Al menos ninguna cabeza sobresalía para ser divisada desde la cubierta del Oceanic. Sin embargo, el capitán ordenó que una patrulla fuera hasta ese bote fantasma que seguramente pertenecería al Titanic.

Ocho tripulantes se unieron a la búsqueda a unos pocos cientos de metros de su barco. Al arribar al salvavidas quedaron impactados: tres cuerpos en descomposición formaban parte del triste escenario. Dos estaban con sus ropas de bomberos. Se trataba de ingenieros que trabajaban en la sala de máquinas del Titanic. El otro cadáver pertenecía a un pasajero de Primera clase: Thomson Beattle, de 37 años, que estaba disfrutando de una velada soñada en el salón cuando la tragedia interrumpió el placer. Al momento en que su cuerpo fue hallado, estaba con su ropa de gala.

Thomson Beattie, el pasajero de Primera clase cuyo cuerpo fue encontrado en el último bote salvavidas del Titanic. Estaba vestido de gala. Fue enterrado en el mar

Edward Lindell. Un anillo de oro con la inscripción “Edward a Greta” fue clave para identificar que estaba en el bote
Los cuerpos estaban en tan malas condiciones que cuando los rescatistas quisieron levantar a uno de ellos desde los brazos, estos se desprendieron del cuerpo. La tripulación tomó la decisión de darles una ceremonia marítima a los difuntos: cubrieron sus cuerpos en lonas, alzaron una plegaria y los arrojaron al mar.

El bote fue identificado como el Collapsible Boat A, el último en poder despegarse del Titanic antes de su hundimiento. Al parecer, 30 personas pudieron abordarlo. La mayoría murió ante las bajísimas temperaturas registradas en ese lugar del Atlántico. Otros pasaron a otros botes desde donde fueron rescatados. Luego anduvo a la deriva hasta que el resto de sus integrantes murieron.

También se cree que en ese bote salvavidas se encontraba un pasajero de nombre Edward Lindell, cuya esposa Greta murió al intentar abordarlo. Lindell también moriría como consecuencia de la exposición al frío. Su anillo de oro, con la inscripción “Edward a Greta”, fue descubierto por la tripulación del RMS Oceanic en el Collapsible Boat A.

Las fotos del rescate y una nota original de un pasajero del Oceanic serán subastadas en los próximos días. “Crucé el Atlántico un mes después de la catástrofe del Titanic. Recogimos uno de los botes salvavidas con cuerpos irreconocibles de un pasajero vestido de noche y de dos bomberos. Los brazos quedaron en las manos del oficial del Oceanic. Los cuerpos fueron enterrados y una plegaria fue rezada. El bote luego fue colocado en nuestra cubierta”.

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