Barcelona World Race. El Cabo de Hornos puede ser más duro

Barcelona World Race.

Hornos puede ser más duro

La aproximación a cabo de Hornos es una de las situaciones más delicadas y meteorológicamente más complicadas de la Barcelona World Race. En la próxima regata, al comienzo del otoño austral, los IMOCA se enfrentarán en el mítico cabo a unas condiciones potencialmente más durasque en las ediciones anteriores.

¿Cuál es la razón por la que las regatas alrededor del mundo, como la Vendée Globe y la Barcelona World Race, no comienzan en el agradable mes de mayo y acaban en el cálido verano de sus puertos europeos? La respuesta es simple y contundente: en el Gran Sur es muy duro y arriesgado navegar a vela durante el otoño e invierno australes. Y en el cabo de Hornos, mucho más.

¿Por qué? En primer lugar porque el promedio de la intensidad del viento y la frecuencia de las borrascas es mayor en esa época, y por consiguiente el oleaje también es mayor. La segunda razón es que la temperatura del agua de estas olas que barren la cubierta puede llegar con facilidad a los 4ºC en los 40-45º S de latitud; unas condiciones muy, muy duras a bordo, sobre todo teniendo en cuenta que las borrascas transportan aire antártico helado. La tercera razón deriva de esta última: cuanto más frío es el aire, más denso es, es decir pesa más, y por lo tanto incide con mayor fuerza en las velas y más dura resulta la navegación.

En la Vendée Globe, que tiene su salida a mediados de noviembre, los IMOCA alcanzan el cabo de Hornos entre las últimas semanas de diciembre y enero; es decir en la primera mitad del verano austral. En las dos últimas ediciones de la Barcelona World Race, con salida el 31 de diciembre, la flota dobló Hornos entre la última semana de febrero y mediados de marzo (¡son las efemérides que estamos celebrando!); es decir en la segunda mitad del verano austral.
El barco de la Barcelona World Race que más tarde ha cruzado el cabo de Hornos fue el We Are Water el 29 de marzo. Jaume Mumbrú y Cali Sanmartí tuvieron que afrontar una situación muy dura al principio del otoño austral, con vientos de 45 nudos y rachas de 60 – 65. Tuvieron que realizar una navegación defensiva y aún así sufrieron una rotura de la botavara. Fue un viento muy duro del sur, que al soplar sobre la mar de fondo proveniente del NW, generó una mar cruzada muy difícil de gestionar Aquí tienes el video:

Impresionante ¿No?. Pues las probabilidades de que la flota de los IMOCA tenga que afrontar unas condiciones semejantes a las del We Ate Water en 2011 son las mismas. La salida el 12 de enero y la escala en Sídney harán que los barcos lleguen a Hornos a finales de marzo, fechas con las que ninguna regata IMOCA se ha planteado hasta ahora navegar en el Pacífico Sur, ni mucho menos en Hornos.
En este sentido, la IMOCA ha encargado un estudio al meteorólogo Marcel van Triest para que evalúe las fechas de paso por el cabo en función de las características de los barcos. Van Triest concluye que antes del 1 de abril todos los barcos habrán doblado Hornos, salvo alguna excepción por avería, evitando así lo más duro del otoño austral.
La aproximación al mítico cabo es también meteorológicamente complicada por sus características geográficas. Está a 55°58’ S, una latitud que que probablemente será la más al Sur de toda la regata. Por otra parte, la cordillera de los Andes origina una compresión de los vientos del noroeste que se aceleran y generan muy mala mar. Por si fuera poco, la profundidad del agua asciende desde 4.000 metros a 500 en pocos kilómetros. Este cambio genera grandes olas que normalmente producen mar cruzado y ocasionalmente olas piramidales.
Serán sin duda unos días emocionantes.

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